Bodega Familia Schroeder, en San Patricio del Chañar, Neuquén
Allí construyó esta familia neuquina su bodega, junto a los viñedos con un diseño de vanguardia, dónde los vinos se vinifican por gravedad, como debe ser. Fue un flechazo el encuentro con este vino cosecha 2008, un blend muy especial, que repite el mismo assemblage de su vino top, en diferentes proporciones y sólo con un breve paso por roble (3 meses, el 40 % del corte).
Se trata de botellas que no podrán conseguir en la Argentina, ni en góndolas, vinotecas o restó, ya que fue creado para exportar, especialmente a México. Nos encantó su frescura, sus bríos. Pinot Noir es el cepaje estrella de la bodega, ya que lo elaboran en varios estilos. Y el Malbec patagónico tiene características sensoriales asombrosas, tanto en color, como en aromas y sabor. Se unen la estructura y untuosidad del Malbec (60%) con la elegancia y sutileza del Pinot Noir (40%). Muestra un color rojo intenso, límpido y brillante, con aromas a frutas, flores- la violeta que caracteriza al Malbec- un toque de hongos tan Pinot Noir y una lejana nota especiada, por la fugaz crianza en roble. Entrada amable, fresco, muy bebible. Una copa llama a la siguiente, de eso se trata la modernidad. Atención, aunque el alcohol esta bien integrado en la estructura del vino ya apenas se siente, tiene 14,3 grados, como suelen tener los tintos de la región. Y permanece en la memoria, con un recuerdo no larguísimo, pero si absolutamente placentero. Absolutamente versátil a la hora de combinar con gran variedad de platos. En el impecable restaurante de la bodega lo probamos con trucha grillada. Con el cordero, especialmente si es patagónico, en cualquier forma de cocción, establece una armonía emocionante
Reserva 2008 Bodega Familia Schroeder
viernes, 27 de noviembre de 2009
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