Domaine de La Garrelière presenta este blanco biodinámico de original concepto, coupage de Sauvignon Blanc, Chardonnay y Chenin. Se llama Cendrillon ("cenicienta") porque este personaje literario solía sentarse sobre las cenizas. François Plouzeau aplica en este vino un trabajo experimental: las cenizas obtenidas tras la quema de los sarmientos de la finca conservan elementos minerales de la vida del vegetal; luego de una disolución y una cristalización, se pulveriza el viñedo con los cristales, esto representa un "mensaje" para el viñedo y ayuda a conservar toda su vitalidad. En cualquier caso, un vino amplio y fresco, que se disfruta a 10º, acompañando pescados azules
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