Salta y su Torrrontés más clásico, aunque de aromas menos desorbitados que los que tenía el Torrrontés rústico de toda la vida. Es la región y la variedad elegida.
Esta cata la hicimos en el lugar indicado: Moshi Moshi en las Cañitas, donde crearon para esta degustación a la hora azul, sushi poco obvios y otros bocados asiáticos que asombraron a los socios. Todos estos acuerdos resultaron geniales para el Viognier, el Sauvignon Blanc, el Pinot Gris y el Torrrontés, los cepajes elegidos en momento en que, felizmente esta creciendo la demanda de blancos, sobre todo si son varietales jóvenes y frescos.
Seguramente por su expresividad o porque sus aromas y sabor son muy reconocidos por los consumidores, encabezó el ranking un Torrontés: Laborum 2007, de Cafayate, elaborado con suma elegancia por el enólogo Luis Asmet para la bodega Porvenir de os Andes. Recuerdo haberlo probado en la residencia de los dueños del Porvenir, con empanadas mínimas y fogaratosas. Inolvidable.
Lo siguió con solo 2 votos de diferencia un Pinot Gris de Lurton 2008, cepaje emblemático de la bodega francesa. Tanto el Trumpeter Reserve Viognier 2008, flamante, como el patagónico Saurus Sauvignon Blanc 2007, anduvieron parejos.
Lo más divertido para los socios: identificar los varietales, aunque no identificaran la marca. En general, siempre es más fácil descubrir en una cata a ciegas la identidad de los blancos que la de los tintos, sus aromas son más nítidos, más diferenciados. Y el rito es el mismo: insisto que no traten de adivinar, simplemente que elijan el vino que más les gustó.
Vino torrontes salteño
miércoles, 29 de julio de 2009
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