viernes, 19 de octubre de 2012
Bodega Descalzos Viejos,España, D.O. Málaga
Descalzos Viejos nace con la restauración del oratorio del Convento Trinitario del siglo XVI del mismo nombre en Ronda (Málaga), donde se encuentran la zona de elaboración y el parque de barricas. En un futuro próximo, la bodega tiene prevista una ampliación de sus instalaciones donde se ubicará el lagar y la línea de embotellado quedando la "iglesa" exclusivamente para barricas, para que nuestros vinos envejezcan en un clima de total serenidad.
La finca de 15,5 Ha está ubicada en un marco de extrema belleza en la cornisa del famoso Tajo de Ronda, protegida de los vientos del norte. El interior del complejo se completa con el jardín huerto conventual resuelto con bancales de la época y nacimiento de agua. Esta obra ha sido galardonada en el año 2007 con la Mención de Honor en los Premios Málaga de Arquitectura en su modalidad de Restauración, así como el Reconocimiento Especial de M-Capital en los VIII Premios Mediterráneo de la Cultura 2007.
Viñedo propio
La bodega cuenta con 6,00 Ha de viñedo en ladera con variedades tintas, situado al pie de la cornisa del Tajo de Ronda (a 650 m. de altitud) con orientación sur y 1 Ha para elaboración de vino blanco. Las dos primeras hectáreas se plantaron en el año 2000, el resto se plantaron en el 2003. Sistema de conducción en espaldera con una densidad de plantación de 4.500 cepas/Ha. La bodega tutela, a su vez, desde el año 2006, 6,00 Ha de viñedo de otro propietario plantado en el año 2000 a 800 m. de altitud.
El Pago de los Descalzos Viejos: El Terruño y la Elección de Variedades
El viñedo o Pago de Los Descalzos Viejos son 6 hectáreas que se encuentra en una situación que podemos considerar privilegiada dentro de la zona del Tajo. En efecto se ubica en la zona alta y media de la ladera que partiendo de la cornisa del Tajo, se encuentra orientada al Sur o Sur-Este, con una altitud media de la viña de 650 m snm. Los factores ambientales que van a conferir su personalidad propia al vino lo constituyen la buena exposición, al mismo tiempo la buena evolución del gradiente térmico favorecida por una fácil circulación descendente del aire al encontrase en la parte alta de la ladera, sin olvidar la naturaleza del propio suelo y de su origen geológico.
En lo que se refiere al suelo, su naturaleza química es caliza, y desde el punto de vista físico tiene una textura franca, junto con una elevada fracción de elementos gruesos, incluyendo una cierta pedregosidad que contribuye a su buen drenaje. El material geológico de partida son principalmente sedimentos calizos pedregosos del Cuaternario, y secundariamente materiales procedentes del Tajo, también de naturaleza caliza (mioceno, Tortoniense-Messiniense). Los suelos calizos favorecen paradójicamente una buena acidez en el vino, factor muy positivo en Andalucía.
El perfil del suelo permite la penetración del sistema radicular con facilidad hasta los 60 cm, profundidad a partir de la cual el horizonte pasa a ser el material de génesis geológica, con la ventaja de que al ser un material fragmentado permite la colonización de las raíces a profundidades mucho mayores. Por lo tanto junto con el buen drenaje, tenemos al mismo tiempo una suficiente reserva de agua disponible para la cepa en el perfil del suelo. Este terruño, al favorecer una gran interacción entre las raíces de la cepa y el suelo, como consecuencia de la profundidad potencial de colonización donde las raíces van a llegar en busca del agua, supone un mayor carácter y personalidad imprimida a los vinos obtenidos. Teniendo en cuenta además la pluviometría de Ronda, en torno a 650 mm, que puede considerarse la óptima para producción de vinos de calidad, la parcela se establece en secano, al no ser necesario el riego para maximizar la calidad.
Teniendo en cuenta lo anterior, es un pago donde los vinos tienden a tener buena graduación alcohólica muy glicéricos y por tanto suaves a pesar de su carga polifenólica y acidez elevadas, son vinos de capa alta, aromáticos, con ciertas notas minerales del terruño. Así se ha comprobado con las experiencias en curso donde se han elaborado cabernet sauvignon, syrah y garnacha, actualmente sometidas a ensayos de crianza en distintos tipos de barrica.
A la hora de elegir las variedades se pensó que el terruño vitivinícola en su sentido más amplio permitía una maduración muy buena de la variedad Cabernet sauvignon. Por ello se decidió que esta variedad debía estar presente en el proyecto de vino de crianza, aportando dos cualidades fundamentales: aromas finos de cabernet maduro (ej cedro), y una buena estructura polifenólica para la crianza. Estas dos cualidades se han comprobado que se obtienen en el pago en el vino monovarietal obtenido de la cosecha 2002.
Además se pensó en otra variedad que se viene adaptando perfectamente a distintas zonas del mundo debido a su gran plasticidad: la Syrah. En este caso también es una variedad vigorosa de la cual se obtiene mejor calidad en suelos en pendiente y con las características mencionadas. Esta variedad aporta una gran intensidad aromática y frutosidad, incluyendo aromas de violeta, y al igual que Cabernet una estructura polifenólica que vertebra el vino confiriéndole aptitud para la crianza.
Pero una vez que tenemos asegurada la estructura de nuestro vino y su aptitud para la crianza, y gran parte de su complejidad aromática, pensamos en otras variedades que intensifiquen su carácter frutal, y además mediante su intervención en el ensamblaje final permitan suavizar en cierta medida o mejor dicho equilibrar los excesos de concentración polifenólica de las dos anteriores. Es aquí cuando se piensa en una variedad que también puede ser interesante en cierta proporción, como es la garnacha en baja producción.
A lo anterior se une la posibilidad de incrementar la complejidad aromática y la frescura del vino con una variedad singular y minoritaria en el Bordelés, como es la Petit verdot. Esta variedad que tantas dificultades tiene para madurar en Francia, encuentra en el pago de los Descalzos Viejos el terruño idóneo para su expresión, gracias a la exposición de la ladera hacia el Sur. En cierto modo es un pago que permite domar las variedades más salvajes, las "pura sangre".
Por último, pensando en la posible necesidad de aportar suavidad a este proyecto de vino, y asumiendo que siempre se tratará queramos o no de un vino de carácter mediterráneo aunque atemperado en gran medida por el clima de Ronda, pensamos que era interesante disponer de una variedad como Merlot, capaz de aportar aromas como cassis, pero sobre todo la suavidad gracias a su glicerina y a sus taninos maduros, permitiendo obtener un vino lo más redondo posible pero sin perder su carácter y fuerte personalidad que siempre destacará en él.
Otras variedades implantadas en menor superficie es Graciano de Rioja Alta, a modo de prueba, interesante por su acidez y aromas muy singulares y la Tintilla de Rota, como variedad autóctona plantada hace dos años.
Finalmente es importante relatar que la calidad de uva requerida solo puede obtenerse en cepas de 4-5 años con la condición de controlar la producción, lo cual se consigue mediante poda pero sobre todo gracias al aclareo intenso de racimos en fechas de inicio de envero.
Señalar, que hasta la añada de 2002 nuestras vinificaciones fueron experimentales, siendo la añada 2003 la primera que salió al mercado con una producción total de 8.000 botellas de vino joven. En el año 2007 hemos comenzado con una nueva imagen en nuestras etiquetas para todos los vinos, JOVEN, BLANCO Y EXPRESIÓN.
Proyecto Málaga Conarte
DV Conarte 2006 es un vino de crianza elaborado con las variedades Petit Verdot, Cabernet Sauvignon y Merlot.
El cuadro para este vino fue pintado por Carlos Aires. En este cuadro toda la fuerza de la imagen se centra en el personaje del torero acentuado por su aislamiento, la sobriedad de la composición, el fondo negro y la iluminación. Representa la delgada línea entre el cómico y lo dramático, muy presente en la cultura española. En la obra, inspirada en grandes maestros españoles como Goya, Zurbarán, y Velázquez, el torero se presenta sin ningún tipo de patetismo ni ridiculización.
El autor, Carlos Aires, nació en Ronda, Málaga, 1974. Su pintura se ha podido ver en exposiciones colectivas e individuales en diferentes países y ha obtenido importantes premios y becas. Su obra forma parte de destacadas colecciones nacionales e internacionales.
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