La Palomino es de origen incierto, históricamente su lugar de asentamiento se sitúa en la zona de Jerez, propagándose a Argentina, México, EEUU y Perú, entre otros.
Su máxima expresión se consigue en vinos de Jerez, cuando el vino se destina a fino la variedad se mantiene en la retaguardia, no interfiriendo en el proceso biológico o en el de crianza oxidativa, en el caso de los amontillados y olorosos.
De la Palomino se consiguen vinos sumamente aromáticos, limpios y delicados, de matices secos, almendrados y salinos, en los vinos finos, y mas avellanados, balsámicos, de frutos secos y untuosos, en los amontillados y olorosos.
Fuente: Larousse
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