miércoles, 13 de agosto de 2008

Riesling

¿Por qué será que la riesling es alabada casi al unísono por una gran mayoría de la crítica vinícola, que la colocan en lo alto de las castas blancas, pero todos esos elogios no se traducen después en ningún tipo de popularidad o venta de sus vinos?
L cruda realidad es que la riesling, pese a ser, como los arriba mencionados proclaman, una de las mejores, si no la mejor, casta blanca, el éxito comercial de sus vinos deja mucho que desear. Variedad de origen inconfundiblemente germano, produce sus mejores resultados en climas fríos (Alemania y Alsacia, sin olvidar la más templada Austria), aunque se ha extendido por muy diferentes regiones, desde California a Nueva Zelanda o Australia, llegando incluso a estar presente, aunque de manera más que minoritaria, en España.
Las características de los vinos de riesling son la marcada acidez, incluso habiendo sobremaduración de las uvas, unos aromas florales, de manzana verde, melocotón y cítricos; es muy expresiva del "terroir", transmitiendo las características del suelo en que se encuentra plantada, sin perder su propia identidad.
Su vino, en boca, puede ser graso y glicérico, con buen cuerpo... eso, si no se cae en rendimientos excesivos, claro está. Es, por supuesto, una casta muy resistente, aguantando bien las bajas temperaturas e incluso las fuertes heladas que producen los mágicos "eiswein" o vinos del hielo, producidos al congelarse la uva, y por tanto el agua de esta, dando así unos mostos mucho más concentrados y ricos en azúcar. Suele vinificarse sin madera, desde totalmente secos a totalmente dulces, pasando por toda la gama intermedia.
Desde vinos ligeros para consumo temprano como aperitivo hasta densos vinos dulces que pueden envejecer durante generaciones.
Otra de las características que hacen a la riesling especial es la pasmosa habilidad para desarrollarse en botella, tomando esos tonos tan característicos de lanolina y queroseno. Dada la alta acidez y la buena estructura y balance que pueden alcanzar, suelen evolucionar durante años. Y no estamos hablando solamente de los ejemplares dulces. Los secos de productores modelos como Künstler, Trimbach, Breuer, etc., no empiezan a mostrar su valía en menos de ocho o diez años desde la cosecha. Y, por supuesto, todo esto con la estructura propia de la uva, ya que, como hemos señalado, la madera no suele utilizarse para la crianza de los vinos, y por tanto no aporta nada a la estructura de estos.
Se cree que la cuna de la riesling fue la zona alemana del Rheingau. Hubo incluso un momento en el que estaba considerado uno de los grandes vinos del mundo, y el nombre de la pequeña localidad de Hochheim, donde ahora sólo quedan un puñado de bodegas (entre las que se encuentra una de las mejores, dicho sea de paso, Weingut Franz Künstler), fue adoptado como diminutivo, "Hock", por los ingleses, para referirse a prácticamente cualquier vino seco de Riesling.
Dentro del Rheingau, otros nombres destacados son Robert Weil, Georg Breuer, o el afamado y aristocrático Schloss Johannisberg, considerado por algunos como la máxima expresión de la casta, por lo que el nombre ha sido utilizado en diferentes partes del mundo; Johannisberg Riesling es un nombre común en California, Australia o Nueva Zelanda.
Aunque en el pasado la mayoría de los vinos contenían un porcentaje significativo de azúcar residual, se va tendiendo hacia vinos más secos, más fáciles de combinar con la gastronomía y de entender por el público.
La otra zona por excelencia aún dentro de Alemania es el Mosel-Saar-Ruwer; (difíciles) nombres como Egon Müller, Fritz Haag o J.J. Prüm han dado fama a la zona.
Alsacia es la única región de Francia en la que está permitida la casta.
Tal vez por la vieja rivalidad con Alemania por la soberanía de la zona, ha sido injustamente arrinconada por nuestros amigos galos. La región se encuentra resguardado por los Montes Vosgos, que la protegen del viento y la lluvia, creando un mesoclima especial y haciéndola, de hecho, la región más seca de toda Francia. Los vinos en este caso suelen ser secos, produciéndose dos versiones dulces, "Vendage Tardive" de recolección tardía, y "Sélection de Grains Nobles", generalmente ya con uvas afectadas por Botrytis.
Nombres a recordar aquí son Trimbach , Weinbach , Marcel Deiss , Kreydenweiss, Kientzler y Ostertag. Tal vez el mejor riesling del mundo sea el escaso Clos Ste. Hune, de los alsacianos Trimbach (unas 7.000 anheladas botellas al año). Desde luego discutido y buscado sí que es. Si bien es cierto que los vinos alemanes son generalmente caros -algunos trockenbeerenauslese germanos superan en precio a la mismísima Romanée-Conti-, los alsacianos presentan, junto a los vinos del valle del Loira, la mejor relación calidad-precio existente en vinos de calidad. Además, el riesling de Alsacia está entre los vinos más versátiles con la comida; lo mismo vale para un roto que para un descosido.
En nuestro país está permitida en algunas denominaciones, pero el único que se produce regularmente es el Waltraud de Torres. En el Somontano fue casta experimental durante un tiempo, y al final fue desautorizada. Si no se arrancaron las cepas, algo quedará -dicen- en el Clarión... La uva se encuentra entre las que podríamos denominar "de culto". No son elogiadas por el público mayoritario, pero cuando la locura del riesling te captura, ya es muy difícil dejarlo. En la última edición de Vinexpo en Burdeos, se presentaban en un original "stand" tres "lunáticos" del riesling: Randall Grahm de Bonny Doon Winer en California, André Ostertag de Alsacia y Selbach-Oster de Mosela presentaban su "Manicomio del riesling", dando a probar sus vinos respectivos de dicha casta, repartiendo panfletos incendiarios para con la uniformización internacional de los vinos de cabernet o chardonnay, bajo el nombre del "Manifiesto del Riesling" y fotografiándose para la prensa con camisas de fuerza. No hay ni que decir que fue uno de los stands más visitados y exitosos de la feria. Esta epoca calurosa es, además, ideal para el consumo de estos vinos. Yo, por mi parte lo celebraré esta misma noche, ya que de sólo escribir esto se me ha despertado el gusanillo, bebiendo un Riesling Grand Cru Muenchberg de nuestro amigo alsaciano André Ostertag. Busquen una de sus botellas y entenderán por qué tantos andamos enamorados de dicha casta.

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