La GARNACHA.
Todos los indicios apuntan a España como la patria originaria de La Garnacha Tinta, cepa vigorosa que ocupa, en ese país, el segundo puesto en la superficie total de viñedos, con cerca de un 14%, además de representar el 4% de la plantación mundial, lo que la sitúa en el primer puesto de la tabla de la variedades tintas.
Originaria de Aragón, provincia de Zaragoza, desde donde se extendió paulatinamente a las regiones limítrofes y de allí a casi toda España, cruzando los Pirineos para instalarse en el sur de Francia, hoy se encuentra representada en casi todos los países vitivinícolas del mundo.
Su nombre surge del propio color “garnate” de sus vinos, se destaca por ser sumamente vigorosa, resistente a la sequía, sensible al mildiu y la botrytis, de brotación y maduración tardía. Con ella se obtienen vinos de alta graduación alcohólica, de atractivo color rojo y dorado con acidez moderada.
Sus vinos son de rápido envejecimiento y sensibles a la oxidación, frescos y frutales, su mayor aporte se centra en la mezcla para la elaboración de numerosos vinos tintos de renombre mundial.
Fuente: Larousse
sábado, 28 de agosto de 2010
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